La cobertura de lunas es otra de las coberturas opcionales que puedes añadir a tu seguro de terceros. Es la primera cobertura que puedes añadir al seguro de terceros básico, convirtiéndolo en un seguro de terceros con lunas. Si contratamos por el contrario un seguro de terceros ampliado (que incluyan robo o incendio) o un todo riesgo (que incluye los daños propios del coche), en todas esas modalidades vendrá incluida la cobertura de lunas.
Cobertura de lunas
La cobertura de lunas incluye la reparación o sustitución de los cristales de tu coche. Los cristales o lunas que entran siempre en la cobertura de lunas son las lunas trasera y delantera y las ventanillas.
Luna delantera
Es la gran luna frontal de nuestro coche, la que conocemos como parabrisas. Es el cristal más grande de nuestro coche y al estar situado en la parte delantera, es frecuente que a lo largo de los años de vida de nuestro coche nos salte una piedra en carretera o reciba algún impacto que haga que se rompa o que se deteriore.
Ventanillas
En un coche normal las ventanillas serán cuatro, las dos delanteras de conductor y copiloto y las dos traseras de los ocupantes. Por lo tanto, las cuatro ventanillas de un coche tienen la consideración de lunas.
Luna trasera
Es la luna de la parte posterior del vehículo, también de grandes dimensiones pero un poco más pequeña que la luna parabrisas.
Techo solar
Cristales del coche que no son lunas
- Espejos retrovisores externos e internos
- Faros o luces del coche
Talleres de lunas
Igual que hay talleres de chapa y pintura o de mecánica, también hay talleres específicos de lunas. En ellos, únicamente se encargan de las lunas. Las aseguradoras recurren a esos talleres para reparar o sustituir las lunas de sus asegurados cuando sufren un siniestro.
En estos talleres, se realizan dos actividades principales:
Reparación de lunas
Si el impacto en la luna es pequeño, de pocos centímetros, es posible reparar la luna sin tener que sustituirla por una nueva.
Sustitución de lunas
Por el contrario, si el impacto o rotura supera una determinada medida, no será posible reparar la luna sino que habrá que sustituirla por una nueva.
No te preocupes, cuando llames al taller o a la compañía, ellos te dirán si es necesario sustituir la luna o si por el contrario puede ser reparada.
Una vez más, es importante conocer las condiciones de la póliza y ver si nuestra póliza sólo cubre la sustitución o también incluye la reparación de la luna.
Es importante prestar atención a los posibles daños de las lunas, ya que un pequeño impacto que no sea reparado a tiempo, puede terminar en una rotura de la luna, que incluso en determinadas circunstancias o bajo determinadas situaciones metereológicas pueden llegar incluso a impedirnos continuar viaje. Igualmente, esos pequeños impactos, con las temperaturas extremas (mucho calor o mucho frío) pueden convertirse en roturas mucho mayores.