Otro término del mundo del seguro que te interesa conocer es el de «riesgo no asegurable». Puede ser que, en algún momento, solicites un presupuesto a una aseguradora y esta te conteste diciendo que se trata de un riesgo no asegurable y que, por lo tanto, no te van a hacer la póliza. En este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre este concepto del mundo asegurador.
Qué significa riesgo no asegurable
El mundo del seguro ha sido durante mucho tiempo un pilar fundamental en la gestión de riesgos tanto para individuos como para empresas. Ofrece la seguridad y protección contra una amplia gama de eventos imprevistos que podrían causar pérdidas financieras significativas. Sin embargo, existe una categoría de riesgos que desafían la capacidad del sector asegurador para proporcionar cobertura: los riesgos no asegurables.
El riesgo no asegurable es aquel cuyas consecuencias son tan graves o tan altas económicamente que las aseguradoras no pueden asumir el riesgo de manera efectiva. Estos riesgos plantean desafíos tanto para las aseguradoras como para los asegurados, ya que dejan a ambas partes vulnerables.
El seguro se basa en la cobertura de un riesgo futuro a cambio del pago de la prima. El problema se plantea cuando la aseguradora no puede calcular el riesgo o el cálculo es tan gravoso que no le compensa asegurarlo. Nos encontramos en ese tipo de situación ante un riesgo no asegurable.
Principales casos de riesgos no asegurables
Algunos de los ejemplos más habituales de riesgo no asegurable son los siguientes:
1. Desastres naturales
Los desastres naturales extremos, como terremotos, tsunamis o erupciones volcánicas a gran escala, provocan pérdidas masivas, difícilmente asumibles por una aseguradora. Los desastres naturales pueden afectar a áreas enteras, causando daños generalizados y dejando a las compañías de seguros abrumadas por la magnitud de las reclamaciones.
2. Los deportes de riesgo
Los deportes de riesgo (rafting, alpinismo etc.) como su propio nombre indica, tienen una alta probabilidad de siniestro. La aseguradora sabe que es muy probable que el asegurado sufra un accidente y que le va a tocar pagar mucho dinero por las facturas médicas o las indemnizaciones. Por eso, este tipo de seguros, aunque existen de manera específica en el mercado, no son habituales. Si tienes un seguro de vida y sufres un accidente mientras practicas un deporte de riesgo o si utilizas tu coche para una carrera, la aseguradora probablemente tendrá esos riesgos como no asegurables y aparecerán como exclusiones en tu póliza.
3. Epidemias y pandemias
Los seguros de salud tampoco cubren en casos de pandemias o epidemias. De hecho, con la Covid 19, las pólizas de seguros de salud privada no deberían haber cubierto la pandemia, aunque las aseguradoras sí lo hicieron. Las epidemias y pandemias son ejemplos típicos de riesgo no asegurable.
4. Enfermedades previas (preexistencias)
Si has sufrido una enfermedad previa o un episodio de salud previo antes de contratar un seguro (lo que se llama en el mundo del seguro preexistencias) puede ser que la aseguradora no te cubra esa enfermedad o que directamente no quiera hacerte un seguro de salud.
5. Guerras, atentados terroristas y otros conflictos
En períodos conflictivos como las guerras, los atentados terroristas u otro tipo de conflictos, las aseguradoras tampoco aceptan la cobertura de riesgos.
6. Riesgos que a la aseguradora no le compensan
El mundo del seguro es un equilibrio entre los riesgos, las primas y los siniestros reales. Si una aseguradora cree que va a perder dinero porque las posibilidades de que ocurra un siniestro son demasiado altas o que cubrir un determinado hecho le va a salir demasiado caro, directamente lo califica como riesgo no asegurable y no emite la póliza. Es el caso por ejemplo de conductores muy jóvenes con coches muy potentes. Las primas para estos seguros de estos colectivos son de por sí muy altas pero, en ocasiones, a pesar de cobrar miles de euros por la póliza, a la aseguradora no le compensa porque es casi seguro que va a tener que pagar una indemnización mucho más alta que la prima pagada por el asegurado.
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